El Real Madrid se juega su pase a octavos de la Champions en un
ambiente hostil, ante un rival que necesita un milagro...o parecerse al
Alcorcón.
Marsella espera al Real Madrid con el sueño de ganar, golear y pasar a
la siguiente ronda de la Liga de Campeones. El Madrid tendrá que salvar
un infierno para tocar el cielo. A simple vista es favorito porque,
además de su mayor talento individual, precisa ganar para ser primero
de grupo. El club se gastó 250 millones porque Florentino quiso armar
una plantilla campeona en su regreso, en el año en el que la final de
su competición predilecta se juega en el Santiago Bernabéu.
Los
blancos han diseñado un trayecto regular sólo trastornado por el Milan.
Una derrota en casa ante los ‘rossoneros’ abrió una vía de agua en la
nave de Pellegrini que a punto estuvo de hundirse con aquel 4-0 en
Alcorcón. Desde entonces este Madrid ha sido como un diesel, que ha ido
mejorando sus prestaciones y de las dudas colectivas se ha pasado a las
individuales. Guti primero y Cristiano nublan el halo de grandeza que
persigue el staff blanco y que por varios motivos se escapa entre los
dedos.
Ahora llega la prueba europea. Fortalecer la imagen que
zarandearon milanistas y alcorconeros en el infierno de Marsella. Y lo
hace sin Kaká, que dice adiós al 2009 por una lesión, ni Guti, que
lleva una racha que uno se ríe del vudú de Pepe ‘El Brujo’ a Cristiano.
El luso es el ángel blanco; el arma letal para salir vivos de Marsella.
Eso sí, un ‘animal’ le espera: un tal Diawara que dice que si es
necesario mandar dos meses al luso al hospital lo hará, como hizo el 30
de septiembre.
El Marsella es un rival peligroso, aunque
deberá asumir riesgos para encontrar esos tres goles que necesita.
Quiere amedrentar al Madrid para tumbarlo de tres golpes. Ahí pueden
perecer si los blancos se ponen el mono de trabajo, el de la
solidaridad y practica como sabe el contraataque.
Sin Kaká ni
Guti pero con todo lo demás. Así afronta Pellegrini este partido que le
llevará al cielo, hasta que en febrero juegue los ‘malditos’ octavos, o
el infierno. Con la defensa de gala, Iker, Sergio, Pepe y Arbeloa; los
dos medios centros galácticos, Lass y Xabi, más Cristiano. Los otros
dos puestos están por decidir: Benzema, Higuaín, Granero, Marcelo, Van
der Vaart e incluso Raúl aspiran a ellos. Lo normal sería Higuaín y
Marcelo, los habituales en los últimos partidos. Pero Benzema juega en
Francia, su casa, y Marcelo es un poco disperso para partidos de esta
índole, partidos para machos que diría Hugo Sánchez.
ambiente hostil, ante un rival que necesita un milagro...o parecerse al
Alcorcón.
Marsella espera al Real Madrid con el sueño de ganar, golear y pasar a
la siguiente ronda de la Liga de Campeones. El Madrid tendrá que salvar
un infierno para tocar el cielo. A simple vista es favorito porque,
además de su mayor talento individual, precisa ganar para ser primero
de grupo. El club se gastó 250 millones porque Florentino quiso armar
una plantilla campeona en su regreso, en el año en el que la final de
su competición predilecta se juega en el Santiago Bernabéu.
Los
blancos han diseñado un trayecto regular sólo trastornado por el Milan.
Una derrota en casa ante los ‘rossoneros’ abrió una vía de agua en la
nave de Pellegrini que a punto estuvo de hundirse con aquel 4-0 en
Alcorcón. Desde entonces este Madrid ha sido como un diesel, que ha ido
mejorando sus prestaciones y de las dudas colectivas se ha pasado a las
individuales. Guti primero y Cristiano nublan el halo de grandeza que
persigue el staff blanco y que por varios motivos se escapa entre los
dedos.
Ahora llega la prueba europea. Fortalecer la imagen que
zarandearon milanistas y alcorconeros en el infierno de Marsella. Y lo
hace sin Kaká, que dice adiós al 2009 por una lesión, ni Guti, que
lleva una racha que uno se ríe del vudú de Pepe ‘El Brujo’ a Cristiano.
El luso es el ángel blanco; el arma letal para salir vivos de Marsella.
Eso sí, un ‘animal’ le espera: un tal Diawara que dice que si es
necesario mandar dos meses al luso al hospital lo hará, como hizo el 30
de septiembre.
El Marsella es un rival peligroso, aunque
deberá asumir riesgos para encontrar esos tres goles que necesita.
Quiere amedrentar al Madrid para tumbarlo de tres golpes. Ahí pueden
perecer si los blancos se ponen el mono de trabajo, el de la
solidaridad y practica como sabe el contraataque.
Sin Kaká ni
Guti pero con todo lo demás. Así afronta Pellegrini este partido que le
llevará al cielo, hasta que en febrero juegue los ‘malditos’ octavos, o
el infierno. Con la defensa de gala, Iker, Sergio, Pepe y Arbeloa; los
dos medios centros galácticos, Lass y Xabi, más Cristiano. Los otros
dos puestos están por decidir: Benzema, Higuaín, Granero, Marcelo, Van
der Vaart e incluso Raúl aspiran a ellos. Lo normal sería Higuaín y
Marcelo, los habituales en los últimos partidos. Pero Benzema juega en
Francia, su casa, y Marcelo es un poco disperso para partidos de esta
índole, partidos para machos que diría Hugo Sánchez.
Fuente: Sport.es